domingo, 15 de diciembre de 2013

Ser mayor, pero independiente...

Consigue tu independencia y sé feliz

Consigue tu independencia y sé feliz

Al llegar la vejez, las personas perdemos capacidades físicas y motrices que en muchos casos nos obligan a depender de alguien más joven. Sin embargo, esto no debe ser una regla, pues si te dedicas a ser sociable, activo y te ocupas de cuidar tu organismo, puedes lograr una vida independiente y de calidad.
Cuando el ser humano rebasa los 65 años, sus capacidades físicas e intelectuales no son las mismas y tarde o temprano se debe valer de alguien más para llevar una calidad de vida más o menos digna. Esto es la idea no muy afortunada que tenemos acerca de la vejez.
Sin embargo, todo lo anterior no debe verse como una regla inviolable. La realidad es que, si bien nuestras capacidades merman, envejecer es también una cuestión de actitud y si nos proponemos llevar una vida de calidad cuando llegamos a la edad de oro, podemos ser independientes y felices.
Una persona independiente, a cualquier es muy valiosa y admirable, pues es sinónimo de madurez y esfuerzo para su propia persona y ante la vida. Gozar de plena independencia en la vejez es también un reto que, poniendo atención a ti mismo, puedes lograr.
Una de las claves para lograr una sana independencia es mantener nuestro sistema a punto, en medida de lo posible. Si sientes que físicamente no eres el mismo que años antes y te cuesta trabajo hacer ciertas cosas, no te desesperes y mejor deja la vida sedentaria y actívate.
Recuerda que nuestro cuerpo es una máquina, una máquina casi perfecta que la evolución se ha encargado de moldear para su supervivencia, pero como toda máquina, por más perfecta que ésta sea, requiere de mantenimiento.
Así como tu cuerpo, tu mente también necesita estar activa para no adormecerse. Mantener tu cerebro activo significa leer, razonar, memorizar, mantenerte al tanto de lo que pasa en este país y en el mundo, así como resolver juegos de memoria y razonamiento como crucigramas y zudocus y por qué no, recibir una pequeña ayuda de algún multivitamínico que mantenga fresca tu memoria.
El terreno de las relaciones sociales es también importantísimo para llevar una buena calidad de vida. Evita en todo momento aislarte del mundo, mantente pendiente de hacia dónde vamos como humanidad. Sal de casa, conserva y haz nuevos amigos. Llevar una vida social activa te hará más feliz.
Una buena parte de cómo llevas tu vida definitivamente depende de tu actitud y tus ganas de vivir. Si realmente deseas ser independiente y echarle una mano a tus seres queridos resolviendo tus asuntos sin depender de ellos, ten presente que es algo que sólo tú lo puedes lograr, y cuando ese momento llegue, habrás aprendido a vivir tu tercera edad de una forma admirable, digna plena y feliz.

martes, 10 de diciembre de 2013

Recuerdos, en una noche fría de diciembre


 



Así va pasando la vida...

tan deprisa, tan despacio.

Otras horas llegan, 

otras voces, otros cantos...
¡Qué rincones se iluminan 

nuevamente en nuestros campos!.
Recordar la niñez será
nuestro motivo inmediato
que nos haga renacer
tantos familiares cuadros.
¿Te acuerdas, mi buen hermano?
Junto a padre: el Inventario,
sobres de Tiempo, felicitando,
listas y más listas…
y allí nadie rechistando,
mientras madre preparaba
polvorones, cordiales,
tortas, bolas, mantecados…
y si masa ya quedaba,
cocodrilos y lagartos,
pintados con pincel y huevo
para al horno ya llevarlos.
¡Madre! ¡que no se quemen los ojos,
que son piñones clavados!
¡¡Qué bien seguirán oliendo
nuestras casas este año!!


Lola María Álvarez

Diciembre, 2013

 

Si por azar. Sinopsis.

lunes, 9 de diciembre de 2013

domingo, 8 de diciembre de 2013

Las comparaciones son odiosas

Las comparaciones son odiosas

8 de diciembre de 2013 a la(s) 2:08
Al leer hoy unos comentarios sobre la mujer, muy sutiles por cierto, hay que decirlo, pensé en nosotras y en nuestras grandes” diferencias", en cantidad infinita de aspectos.

Parto de la idea primordial: somos seres humanos, al igual que los hombres, con nuestras virtudes y defectos que se van forjando a los largo y ancho de nuestra individualidad genética, educacional, familiar, social, laboral...etc. sin olvidar la parte espiritual, para mi importante al máximo; creo firmemente que es la que nos diferencia claramente de los animales.
Y es aquí donde quiero poner verdadero énfasis y lo que me ha motivado a escribir estos torpes pensamientos, con el máximo respeto hacia quienes no piensen lo mismo. Puro desahogo personal, diría, ante situaciones que, a veces se escapan  y pasan junto a mi, dejando rastro, sin lugar a duda, unas veces captando lo positivo que de toda circunstancia suelo sacar y otras reconociendo que me afectan emocionalmente y mucho, sobre todo las faltas de respeto y el sufrimiento ajeno.

A lo largo de mi vida he tenido la suerte de conocer a mujeres maravillosas, la mejor sin duda, mi madre, que supo darnos todo el amor que albergaba su corazón. Tanto dio que, siendo aún muy joven, se le quedó a "medio gas", durante nueve años, pero jamás perdió su sonrisa y alegría de vida. Gracias Madre por tanto.

De la infancia, recuerdo lo que aprendí junto a niñas inolvidables, que sabían ser felices con las pequeñas cosas que poseían y compartían con suma generosidad en aquellos juegos que se organizaban en casa, junto a casi todas las vecinas de nuestra edad, más o menos.
"Los niños...con los niños", decía siempre mi padre, pero nosotras los animábamos a ir de "caza"; ¡pobres pajaricos! nos los traían y montaban su "carnicería" para que fuésemos de compras y hacer luego un rico arroz para todos. Aún conservo la amistad con algunas de ellas.

De adolescente, igual...criaturas dotadas de grandes valores, sobre todo la lealtad, alegría y el ir todas a una, sin tropezar con los consabidos celillos o critiqueos. Me gustaba el deporte muchísimo...tocar la armónica y bailar cual peonza. ¡Ah! y patinar en aquella pista "multiusos" que teníamos cerca de casa, o por El Malecón, donde comíamos las sabrosas lechugas romanas que nos ofrecía el hortelano de turno...

¡Qué tiempos aquellos, tan bonicos!

Y llegaron los chicos, guateques, sesiones de café ¡toda la tarde de cháchara! El Club Universitario, Teatro leído o de Mesa...sesiones de Cine interminables, en"el gallinero", comiendo aquellas sabrosas pipas o aceitunas, que nos encantaban hasta reventar. Estudios, carrera, compañeros,  alumnos (mis otros grandes amores) etc.
¿Pandillas de amigos? ¡Muchas! y así sigo, conservando su amistad a través de los años, pese a los avatares que la vida nos ha ido presentando.

Bendita madurez, que me permite seguir ejercitándome en un continuo aprender de los demás, hacer nuevos amigos, respetando las diferencias, practicando la tolerancia y, por encima de todo, amando a mi querida familia que, en definitiva, es el premio que Dios me ha concedido en esta vida.

¡Gracias Señor!

Albercade Las Torres, día de La Inmaculada Concepción, 2013           

Lola María