Fotografía realizada por Joaquín Martínez
Hay
Vida junto al rio
Hemos
sabido siempre que una población se formaba siempre junto a un río. Ahora que estoy viviendo junto al Segura, mi
rio, lo entiendo.
Al amanecer, salgo a pasar un rato junto
a él, a empaparme de su vida, de sus aguas ( que siempre son otras) con su paso
lento de viejo río y quiero copiar de él su constancia, su tesón, su
invariabilidad.
Por sus puentes que veo desde aquí,fluyen
gentes presurosas, que siempre estaban en la ribera opuesta a la que querían
estar.
Se
oye algún graznido de sus patos, blancos, negros, pequeños y grandes, que
disfrutan queriendo llamar la atención de todos y que siempre nadan detrás de
alguno más decidido, que empieza a correr sin saber hacia donde.
Quizás esperan a esa magnánima mujer, de
pelo blanco y paso decidido, que a pesar de la crisis, aún le sobran unos
mendrugos para alimento de los habitantes del río, peces y patos que acuden a
bandadas y se los disputarán encarnecidamente.
¡Si el río contara lo que sabe…!
El y yo
sabemos cómo se le hinchaban las narices tras las fuertes lluvias de Septiembre
y crecía, crecía….hasta que las cañas que arrastraba con gran fuerza tropezaban
bajo el arco del puente y que en la
Glorieta, las alcantarillas rebosaban sus aguas, hasta encharcarlo todo. ¡ Era
un pequeño río que se las daba de mayor!
Otras
veces, las estatuas de nuestros Murcianos Ilustres del Parque de Ruiz Hidalgo,
que empezaba su Cuesta frente a la luego Cruz Roja ( entonces inexistente) se
encontraban sumergidas, asomando sólo sus ilustres cabezas.
¡Era como un señor río que se salía de
madre!
Algunos
pacientes pescadores, caña en ristre, se apostaban en sus orillas y a veces
veíamos que conseguían alguna presa .
¡Todavía eran limpias las aguas del río!
Vinieron
peores tiempos. Los residuos sin
controlar de algunas fábricas fueron vertidos en él y el pobre tenía que
soportar aguas pestilentes. El sufrido río seguía pasando y pasando, sin
protesta alguna, deseando limpiarse a su llegada a Guardamar.
Me está contando, en nuestros diarios
diálogos, que tiene felices momentos, cuando la gente se alborota a su
alrededor, hay campanas, cohetes y cánticos , y la Virgen viene o va desde
Murcia al Santuario y le sonríe desde el puente como a un viejo amigo.
¡ Cuantas
generaciones han crecido a tu lado!
He tenido
la suerte de estar junto a ti, a tu vera, estos últimos años de mi vida, que
son también felices y que voy a compartir contigo.
¡Cuanto
siento no haberte descubierto antes!
Gracias
Río me has enseñado que aunque viejo, sigues siendo
…………..¡VIDA!
D.L.V. Murcia 21 de Noviembre de 2012