El camino del
hombre, en la búsqueda de uno mismo.
Diversos y penosos los obstáculos que en el transcurso de esta
etapa, llamada vida, el hombre, en pleno poder de sus facultades, decide
afrontar en su lucha voluntaria con el fin de conseguir entenderse,
para así comprender la incógnita permanente: la
indiferencia de sus semejantes entre si.
No solo penosos, también insólitos y muchas veces al
borde de la locura.
Lucha titánica, ardiente. Esa es la vida, teñida de diversos
colores...ah…vuelvo a lo de indiferencia ¿Será porque no encontramos metas
comunes? ¿El ego nos nubla no permitiéndonos ver a nuestro
semejante?
Demasiadas distracciones banales, que no nos permiten
la reflexión.
Una y otra vez, nuestra mente reconsidera cada uno de los pasos, a
semejanza de aquél molino de viento que en su búsqueda partió Don
Quijote. Atravesamos con nuestros pensamientos sensaciones pasadas, instantes
de regocijo y momentos tristes que quedaron allí, en las profundidades de
nuestro raciocinio.
Somos pensantes, emocionales y diría hasta -muchas
veces rumiantes - de nuestras apreciaciones. Solemos quedar entrampados en el
vericueto de la emociones.
Somos perfectos o no valemos nada. Extremos, que nos alejan del
camino real, donde existen tonalidades y texturas diversas.
Ocupados, perdidos en esa maraña, solemos despavoridos huir, sin
tomar en cuenta, que esa es nuestra geografía.
Que soy un universo. Color, forma, tramas, en mi Ser habitan.
Hasta allí bien. ¿Más me animo a ver su diversidad e
intensidad? ¿Busco conocerlas?
¿Será falta de tiempo? ¿O es que en realidad me apabulla en mis
laberintos entrar?
Sin dudas, debo trasponer la puerta e iniciar el sendero.
"Ungüentos, perfumes y lupa" tomaré.
Bucearé en cada rincón,
pondré poesía para digerir mejor y sanaré heridas...les
cuento...será seguramente una estimulante aventura....hasta hacer posible
verme, asumirme y sentirme...
No es fácil mirar hacia atrás y observar el camino recorrido.
Allí donde nos equivocamos y caímos. Aquella decepción que nos
ocultó la alegría.
Lejanos instantes que el amor sorprendió aquél día.
Vamos por la vida, engalanados por una voluntad que nos
mantiene despiertos, no obstante errores, a pesar de fallidos intentos.
Con la mirada en el mañana mejor, tranquilo, llenos de paz, con
flores adornando nuestro paso por este mundo.