...Que
nada es igual
y
todo queremos
que
en nosotros sea:
por
su misterio buscamos
alma
de la permanencia.
1
Otra
vez la primavera nos mueve
camino
de no sabemos qué vida,
corazón;
pone la vara florida
del
pardo árbol aterido en nieve.
Otra
vez el tiempo abridor, relieve
claro
de impulso por el ir, convida
al
festín -aroma en la luz habida-
que
es gracia del ser infinito y breve.
Y
cada vez su agua -la sangre- encierra
despertador
fragante a toda suerte:
levanta
su belleza por la tierra
batiéndose
en el aire, con sus alas,
la
rima siempreviva entre la muerte.
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