DIONISIA
Cada atardecer te siento
sin presencia ni dilogía
en el ancho mar…
sobre dingo esbelto
de latina vela al viento.
Entre tus aparejos llevas
una piedra negra y roja,
conocida por dionisia.
Pretendes con ella ¡ay!
convertir el agua en vino
para que enrojezca su azul
y se alegre tu destino.
Potado estás de sueños
como yo,
bebidos estamos de imágenes
renovadas.
¿Serías capaz de atarle
a la luna
una cola de estrellas?
¿Serías capaz?
Dionisia, luna y estrellas.
Tira tu piedra, anda…
Yo te espero
ensartando estrellas.
Lola María
Alberca de las Torres
03-12-1980
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