Cuanto me duele
verte llorar,
carne de mi carne.
Se me hace río
el tiempo de ahora,
jamás vivido.
Dolor que parte
mi vientre caído...
aquel que te llevó
con amor y mimo,
te siente volver
maltrecho y herido.
Te aferras a mi mano...
Me crezco y te animo
a seguir por la senda
aquella de ese niño,
cargado de sueños
de lunas y estíos
para lograr que la paz
vuelva a tu espíritu.
¡¡Confía, hijo mío!!
No te detengas
ni mires al vacío...
que todo ya pasa
y vuelve a su ritmo
sacando de adentro
lo mejor de ti mismo.
Por duro que sea
tu momento erguido
tendrás a tu madre
caminando contigo.
Llora en mi regazo
si sientes alivio
no temas por mi...
El nuevo torrente
encauzará tu río
y me dará impulso
para estar contigo.
Sacaremos juntos
la fuerza y el brío
para trazar puentes,
sortear al destino
que te espera alegre,
esperanzado y tibio.
¡¡Confía, hijo mío!!
Lola María
Lola Maria, me ha gustado mucho...eres una artista.
ResponderEliminarUn besazo. Sole
Gracias Sole, eres muy amable al contestar. Le doy poca vidilla a "Camino", ya ves pero me tengo que poner las pilas...Soy solamente una aprendiz de tantas cosas y que, quizás se le está haciendo algo tarde.
ResponderEliminarBesicos y hablamos
Gratificante leerte y de plena actualidad. Muchas gracias por ser otra "madre coraje".
ResponderEliminar