Hay en tus ojos dolor
lágrimas amargas
que no dejas escapar
y te hieren la mirada.
¡Llora...grita,
gime o canta!
pero no te quedes así,
fría,
dura...
estática.
Si la muerte es un descanso.
Si el más allá reclama
y nos va dejando solos
con nuestros sueños y ansias...
Soñemos, hermana y vivamos
con sosiego y esperanza
con fe en nosotros mismos
y con firmeza en el alma.
Que ello nos va a ayudar
a calmar el desaliento
de nuestras horas duras...
de tan terribles momentos.
Y así, torpemente quisiera
que el torrente de las lágrimas
bañen tus ojos resecos
y les devuelvan la calma.
julio,1978 (Inédito)
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